El abuelo de una amiga de mi confidente vivía en una casa del pueblo X donde también se aparece la anciana del muro. Cuando murió le pusieron un vaso en la garganta para que no se le escapase la voz y una venda roja en los ojos para que no perdiera la visión.
Mi confidente y la nieta de de este hombre estaban por el pueblo de noche cuando un hombre con un pañuelo rojo en la cabeza apareció detrás de ellas. Ellas, instintivamente, echaron a correr. Mi confidente miró hacia atrás y ya no había nadie.
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